El Festival del contrabando, más que un festival, es el homenaje a una actividad que a lo largo de la historia ha sido importante para la gente de la frontera y para la gente de la sierra del caldero y del andévalo andaluz. Se celebró por segundo año consecutivo en las calles de las ciudades fronterizas de Alcoutim (Portugal) y Sanlúcar de Guadiana (Huelva)
El contrabando fue el «arte» de comerciar a escondidas de la ley respondiendo a las necesidades y dificultades de la gente.
Los alimentos básicos como los huevos, la harina y las almendras, eran transportados por la noche, de un lado a otro de la frontera. Pero esta actividad consiguió que además de los bienes materiales se compartieran sentimientos y conocimientos.
Este pasaje fronterizo, en el río Guadiana, hoy en día es nexo de unión entre España y Portugal, los márgenes del río guardan recuerdos en la arquitectura, las tradiciones, la cultura y la gente local.
Este hecho ha sido visto por la población local como una oportunidad, siempre existió una relación casi familiar, marcada por intercambios comerciales y vínculos afectivos que han ayudado a crear este Festival del contrabando que hoy en día supone una fiesta compartida.
A partir de aquí disfruta de la fiesta en las dos orillas.
Desfiles etnográficos en ambas orillas, los gritos de los feriantes, el ofrecimiento a escondidas de los productos, el regateo, los oficios antiguos, los aromas de los productos del contrabando y de la gastronomía tradicional, los animales.
La nostalgia de tiempos antiguos de las dos aldeas y la implicación de los paisanos crearon una fiesta muy pintoresca que nos encantó.
Se puede encontrar casi todo en esta feria, desde ropa, herramientas, quesos, embutidos, verduras, pan y dulces regionales, etc
El Festival del contrabando se celebró este año 23, 24 y 25 de marzo pudimos disfrutar la programación del sábado que fue cuando fuimos, pero seguro que volveremos el año próximo.
Esta fiesta tiene muchos ingredientes para no perdérselo, entorno natural único, dos países, dos localidades y multitud de espectáculos y una atracción única que solo puede vivirse en estos días: cruzar a través de un puente peatonal flotante sobre el río Guadiana, la frontera natural entre Portugal y España.
Si tienes oportunidad no te lo pierdas, es el ejemplo de como la unión de los pueblos y el sentido del humor puede dar un vuelco a episodios muy tristes de la historia.